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¿Cómo nos afecta el cambio de hora?

Un poco de historia…

La idea de ajustar la hora para aprovechar mejor la luz solar se remonta al siglo XVIII, cuando Benjamin Franklin propuso este cambio con el objetivo de optimizar el uso de la luz natural y reducir el consumo de velas. Sin embargo, no fue hasta el siglo XX cuando la medida se implementó de manera formal en varios países.

En España, el cambio de hora se aplicó de forma intermitente hasta 1981, cuando se estableció de manera permanente bajo la Directiva Europea. Desde entonces, todos los países de la Unión Europea deben realizar este ajuste el último domingo de marzo y el último domingo de octubre.

Impacto del cambio de hora en nuestro organismo

Desde una perspectiva fisiológica, el principal efecto del cambio de hora es la alteración en la secreción de melatonina, la hormona responsable de regular los ciclos de sueño y vigilia en función de la exposición a la luz solar. Al haber más horas de luz, la producción de melatonina se retrasa, lo que puede hacer que nos cueste más conciliar el sueño.

Además, aunque el reloj se adelante o atrase, nuestras rutinas diarias como el trabajo o las clases siguen manteniendo su horario habitual. Esto provoca que nuestro reloj biológico se desajuste, ya que debemos despertarnos una hora antes de lo habitual, afectando nuestra calidad de sueño y bienestar general.

Efectos del cambio de hora

Algunos de los síntomas más comunes que podemos experimentar son:

  • Dificultad para dormir por la noche.
  • Sensación de fatiga y cansancio durante el día.
  • Irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.
  • Problemas de concentración.
  • Alteraciones en el apetito, lo que puede llevar a comer más o menos de lo habitual.

Consejos para adaptarse mejor al cambio de hora

Para minimizar los efectos del cambio de horario en nuestro organismo, es recomendable seguir algunas estrategias que faciliten la transición:

  1. Ajusta tu horario gradualmente: Adelanta o atrasa tu hora de dormir y despertar en intervalos de 15-30 minutos durante los días previos al cambio.
  2. Mantén una rutina de sueño saludable: Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
  3. Reduce el uso de pantallas antes de dormir: La luz azul de dispositivos electrónicos inhibe la producción de melatonina, dificultando el sueño.
  4. Crea un ambiente relajante: Leer un libro, meditar o tomar una infusión pueden ayudar a conciliar el sueño más fácilmente.
  5. Evita la cafeína y el alcohol antes de dormir: Estas sustancias pueden interferir con la calidad del sueño.
  6. Realiza actividad física: El ejercicio ayuda a regular el descanso, pero evita entrenamientos intensos antes de dormir.
  7. Cena ligero: Las comidas pesadas pueden dificultar la digestión y afectar la calidad del sueño.

Siguiendo estos consejos, la adaptación al nuevo horario será más sencilla y evitarás los efectos negativos del cambio de hora en tu bienestar. ¡Tu cuerpo lo agradecerá!

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